El peligro de no esperar nada es obtener nada. Una profecía autocumplida.
Los mercados financieros se movilizan más por las expectativas que tiene la gente de que un suceso ocurra, que por ese suceso en sí.
Los mercados financieros se movilizan más por las expectativas que tiene la gente de que un suceso ocurra, que por ese suceso en sí.