081624 - La Mansedumbre
Un Minuto Con Dios - A podcast by Dr. Rolando D. Aguirre
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“Manso pero no menso” es la expresión que usamos cuando nos referimos a tener siempre una buena actitud hacia otras personas sin permitir que tomen ventaja de nosotros. La mansedumbre es una cualidad escasa en la actualidad. En su definición más simple, la mansedumbre es la “docilidad y suavidad que se muestra en el carácter o se manifiesta en el trato” (RAE). Quilón de Esparta dijo: “El que prefiera ser amado que temido, ejerza el poder con mansedumbre”. Una persona mansa emana confianza y expresa amabilidad con facilidad. La mansedumbre se refleja mucho en nuestras palabras y se traduce en nuestras acciones, ya que es más difícil responder con gracia y mansedumbre que callar con desprecio. La mansedumbre no es debilidad, es poder y es un don de Dios. Una vez escuché la siguiente frase: “La humildad no es cobardía, la mansedumbre no es debilidad; la humildad y la mansedumbre son, de hecho, poderes espirituales”. Estoy totalmente de acuerdo con esto porque los antónimos de la mansedumbre son la ira y la arrogancia. Así que hazte las siguientes preguntas: ¿Soy una persona mansa? ¿Respondo con mansedumbre hacia otras personas? ¿Cultivo la mansedumbre en mi vida diaria? La Biblia dice en Efesios 4:2, “2 con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor” (RV1960).