La emoción de Angela Merkel

Emociona la emoción de Angela Merkel, pero lo llamativo es que sorprendiera su temblor en la voz y su tristeza inocultable cuando daba cuenta de la altísima cifra de muertos por el coronavirus. Hablaba la frustración de la responsable, impotente ante la gravedad de los hechos, sí, pero con un punto de humanidad que no es frecuente en la escena pública. Las evasivas, los tecnicismos, el lenguaje de madera... se han impuesto como idioma oficial de la política y por esa circunstancia termina teniendo un mismo tono monocorde la explicación de lo trascendente y de lo anecdótico. Como principal consecuencia de la letanía es que se hiela el efecto de cualquier comunicación. En el caso de la pandemia, por ejemplo, el recuento de infectados, hospitalizados y fallecidos ha adquirido un carácter administrativo y burocrático, lo que no facilita precisamente el mantenimiento de la alerta.

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Cada mañana en 'Hoy por Hoy', la firma del periodista Iñaki Gabilondo