Ucrania SOS

Apenas hemos salido de la guerra contra el virus chino, que nos meten en otra: la de Rusia contra Ucrania. Una guerra relámpago de manual: en cuestión de pocos días el segundo ejército del mundo se ha enseñoreado de esta democracia de más de 41 millones de habitantes situada en el confín de Europa. Si actuar tibiamente contra Rusia es arrojar piedras contra nuestro tejado, actuar enérgicamente mediante el envío de tropas tampoco sería una opción. Un general alemán ha llegado a decir, que mal que nos pese, en esta crisis hay que mirar a otro lado y dejar hacer a Rusia pues nos interesa que siga siendo una barrera geográfica y militar contra el empuje de China. A esa Rusia del nuevo zar Putin no le puede salir gratis la invasión de Ucrania, Europa no puede seguir a merced de que Moscú utilice el gas como arma política, no debe seguir tolerando la cizaña del aparato de propaganda de Russia TV o de sus redes sociales destinado a desestabilizar los países Occidentales. Para frenar a ese feroz oso desbocado, Europa debe intensificar su unidad política y emerger como una creíble potencia militar que sea capaz de defender sus fronteras territoriales. Pero no lo veremos, a menos que el coloso militar ruso se envalentone tanto con su conquista ucraniana que cumpla su amenaza de impedir que las vecinas Finlandia y Suecia se integren en la OTAN, y decida arrollar a esa península de Asia llamada Europa.