1162 - Jeremías 26-29. Conflicto personal de Jeremías. Jer 26:8

Descansando en Dios - A podcast by Francisco Atencio

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1162 – Jer 26:8 - Jeremías 26-29. Conflicto personal de Jeremías.Y cuando terminó de hablar Jeremías todo lo que Jehová le había mandado que hablase a todo el pueblo, los sacerdotes y los profetas y todo el pueblo le echaron mano, diciendo: De cierto morirás.Jeremías mencionó que hubo cierta oposición a su mensaje (Jer 11:18–23; 15:10; 20:1–6), pero ese no fue el punto principal de Jer 1-25, sino el castigo venidero de Dios si el pueblo rehusaba arrepentirse. En Jer 26–29, el profeta se centró en el rechazo a su mensaje. O1) El mensaje de Jeremías fue rechazado y entró en conflicto con: El pueblo de Judá (Jer 26). La gente de Israel había puesto su confianza en el templo pensando que Dios no permitiría que les aconteciera ningún daño gracias a él. A pesar de esa creencia popular, Jeremías predijo la destrucción del santuario. O2) Los falsos profetas en Jerusalén (Jer 27-28). El profeta utilizó la señal de dos yugos para indicarles que la palabra del Señor decía que se sometieran a sus conquistadores. La nación que se rehusara, sería destruida por ellos, pero si aceptaban, serían dejados en su tierra para cultivarla. O3) Los falsos profetas en el exilio babilónico (Jer 29). Los profetas falsos decían a los cautivos en Babilonia que pronto serían liberados. Jeremías les envió una carta diciéndoles que construyeran moradas adecuadas, que plantaran viñas y se casaran porque su cautividad duraría 70 años. Con frecuencia se menciona que el principal problema del pueblo era la sordera espiritual, que no escuchaban la voz de Dios. Durante la tribulación el anticristo engañará a muchos “y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.” (2Ts 2:10-12).I. Conflicto con el pueblo (Jer 26:1–24). Este conflicto se presentó cuando Jeremías entregó el mensaje enviado por Dios en la puerta del templo conocido como el gran sermón del templo (Jer 7-10). En esos capítulos, Jeremías se centró en el contenido de su mensaje, mientras que en este, se centra en la respuesta a él. El propósito de su sermón era hacer que el pueblo escuchara las palabras que Jehová le mandó que hablara acerca del juicio venidero para que dejara cada uno su mal camino. Si la gente se arrepentía, Dios dijo: Me arrepentiré yo del mal que pienso hacerles (Antropopatía) y no traería sobre ellos el desastre que tenía planeado (Jer 7:3-7). “Y cuando terminó de hablar Jeremías todo lo que Jehová le había mandado que hablase a todo el pueblo, los sacerdotes y los profetas y todo el pueblo le echaron mano, diciendo: De cierto morirás.” (Jer 26:8). Jeremías es arrestado y le hicieron un juicio (Jer 26:7-15). La multitud acusó al profeta diciendo que merecía la pena de muerte, porque profetizó contra la ciudad de Jerusalén. Pero Dios ayuda a Jeremías y es liberado (Jer 26:16-24). “Dijeron los príncipes y todo el pueblo a los sacerdotes y profetas: No ha incurrido este hombre en pena de muerte, porque en nombre de Jehová nuestro Dios nos ha hablado” (Jer 26:16). Citaron en defensa de Jeremías a dos profetas que habían profetizado antes igual, a Miqueas de Moreset (Miq 3:12; Jer 26:18-19) y a Urías hijo de Semaías (Jer 26:20-23).