Respuesta a carta de puño y letra

Un oyente del programa, me ha escrito una carta de puño y letra que ha llegado a mi dirección, y honradamente, hace ilusión volver a ver una carta como antaño. También creo que cuando uno se sienta con una hoja en blanco y escribe a mano, se despiertan ideas que tal vez no salen de la misma manera, o no exactamente igual que si tecleas en un ordenador. Algo pasa, no digo que sea para mejor, ni para peor, pero tiene algún encanto. Relativo a la demanda, de momento voy sacando momentos para responder, pero si seguimos así, no se si voy a ser capaz de mantener el ritmo de contestar. Ahí le dejo mi respuesta, y recuerden, que no tenemos obligación de subyugarnos, de perdonar todos los agravios, de olvidar todos los insultos y menosprecios, y continuar adelante como si no pasase nada, en virtud de mantener vínculos que únicamente nos reportan malestar e incomodidad. No estamos obligados, podemos elegir hacerlos, pero ni tenemos obligación, ni tenemos la responsabilidad de hacernos cargo de resolver la neurosis del otro intentando hacerle entender. Si no queda más que distanciarnos, pues no quedará otra, y si no queda otra que romper una relación, sea con quién sea, pues no quedará otra. Cuanta maldad se hubiese evitado, si sencillamente no considerásemos que debemos permanecer subyugados en dinámicas relacionales de sometimiento por imperativo divino o ideológico.