El síndrome de la cara vacía, Solemne TONTERIA.

140.000 fallecidos después, con un aumento del 10% de suicidios, lo cual arrojará aproximadamente unas 8000 personas que han decidio retirarse a sí mismo el derecho a continuar. Tras tener que soportar que durante los tres meses previos a la pandemia nos dijesen que no había motivo alguno para la preocupación, que ni siquiera necesitábamos material para proteger a nuestros sanitarios, y que cualquiera que diese la voz de alarma era un elemento negacionista de la evidencia de que no pasa absolutamente nada. Tras tener que soportar que de un día para otro debíamos vernos confinados durante tres meses, muchos con niños pequeños sin poder sacarlos a la calle ni media hora a que corran un rato. Tras tener que escuchar información y consejos contradictorios, desconectados, delirantes y en ocasiones hasta alucinatorios, mientras nuestro presidente salía una vez a la semana a charlar durante hora y media para no decir nada. Tras tener que ver como morían sanitarios y farmaceúticos, policías.., ancianos en residencias como chinches. Tras tener que cerrar nuestros negocios y hacernos cargo de todas las facturas sin saber cuando podríamos volver a trabajar. Tras tener que aguantar que nos digan que las mascarillas no servían para nada, para de un día para otro decirnos que si, que valen para mucho. Tras tener que ver como amigos y conocidos perdían a sus padres sin poder despedirse, al tiempo que no sabían ni donde estaban, ni donde podían recoger el cadaver. Tras una incertidumbre laboral absoluta, sin tener libertad de movimientos, mientras veíamos como en los medios cambiaban de opinión cada 2 semanas según soplaba el viento. Tras no poder salir con nuestros amigos, no poder visitar a nuestros familiares, sufrir tensión social, de pareja, intra - familiar y sobre - llevar una verdadera pandemia de salud mental gracias en gran parte a los altos niveles de descoordinación, improvisación e incompetencia por parte de todo tipo de autoridades sanitarias, únicamente un síndrome ha surgido entre la población en estos 2 años; el síndrome del minga fría, ups, perdón, el síndrome de la cara vacía, que surge al recuperar nuestras libertades prácticamente del todo, para lo cual afirman los psicólogos y los expertos que no estamos del todo preparados, y es motivo de alarma. Disertamos en esta primera parte sobre el asunto, intentando contenerme, pues me cabrean estos motivos de insensibilidad, fariseísmo, psicología basura y falta absoluta de empatía. Que le digan a esa mujer que perdió a su marido médico con 2 hijos, por la falta de previsión en la compra de material sanitario que la gente anda sufriendo porque no se pueden quitar la mascarilla. Un poco de respeto, empatía, sensibilidad y tacto por favor.