44.000 profesionales de salud mental, deberán obedecer o ser sancionados.
Cuadernos de Inlogika - A podcast by Jose Torres Psicología
Tras haber estado siempre a la vanguardia de todos los movimientos sociales, y mirar siempre por el bienestar emocional de la población, humanizando todo tipo de tratamientos como el de las personas transexuales, personas con esquizofrenia o trastornos depresivos graves desde la ciencia, la prudencia, la reflexión, el sobre-esfuerzo, la investigación y la eficacia clínica, actualmente el parlamento sin consultarnos a ninguno, legisla para imponernos una única visión; todo niño o niña con un problema de identidad de género es transexual y así se lo debemos trasmitir afirmativamente desde el primer momento, sopena de se ser acusados de un delito de odio y enfrentarnos a graves multas económicas de 150.000 euros o inhabilitaciones profesionales de hasta 3 años. Esto, que hasta ahora únicamente sucedía en sociedades totalitarias como la URSS, China, Irán o Corea del Norte, ahora sucede en nuestro país y los 44.000 profesionales acreditados como sanitarios especializados en salud mental debemos dejar de pensar y obedecer el mandato de la soberanía nacional. Evidentemente, la tensión que podemos sentir es tremenda y cada uno la resolverá como pueda, sabiendo que si atiende a un niño o niña con un cuadro de disforia de género, no puede por más que afirmar que efectivamente es lo que se siente en ese momento y que la única terapia viable para su caso es el cambio de sexo en el registro civil hasta los 16, y la aplicación de bloqueadores hormonales o directamente la cirugia a partir de entonces. No podemos hacer otra cosa, y si lo hacemos expondremos nuestras carreras profesionales, que pueden terminar en el mismo momento que consideremos que se requiere de cierta prudencia, reflexión y paciencia antes de tomar decisiones. Así están las cosas, y así serán. Mientras las devastadoras consecuencias de esta medida están haciendo estragos en otras sociedades más avanzadas que la nuestra y ya están echando marcha atrás ante la indignación de la ciudadanía, aquí empezamos ahora.